“It´s a beautiful day”, de la ópera Madame Butterfly, y “Time to say goodbye” fueron las canciones más admiradas por el público
La voz de la artista británica Sarah Brightman alcanzó anoche su máxima expresión al interpretar las canciones que la han hecho famosa en el mundo como “Time to say goodbye” y “Anytime anywhere” o su magistral interpretación de “Nessun Dorma”, que confirman por qué es la soprano de mayores ventas de discos de todos los tiempos.
Brightman se presentó ante unos 7,000 espectadores en el Jockey Club con un vestido rojo de gasas que el viento de utilería hacía flotar por momentos para interpretar la primera canción de la noche “Fleurs du mal” de su álbum “Symphony”.
Inmediatamente después interpretó la canción que da nombre al álbum “Symphony”, y al concluirla se dirigió a la audiencia en castellano para saludar, agradecer y expresar lo contenta que se sentía por estar en Lima.
“Para mí esta presentación será una celebración de muchas canciones que he cantado alrededor del mundo”, dijo con su acento británico arrancando los primeros aplausos de la noche. A continuación siguió la interpretación de “It´s a beautiful day” de la ópera Madame Butterfly.
El repertorio incluyó temas como “What a wonderful day”, “Dust in the wind” del grupo Kansas, “Who wants to live forever” del legendario grupo Queen, “Hijo de la Luna” del grupo Mecano, “Canto Della Terra” y “Sarai Qui” que interpretó con el tenor Alessandro Safina, reseñó la agencia Andina.
Finalmente, la diva británica hizo una interpretación conmovedora de “Nessun Dorma” de Turandot, arrancándole a la audiencia una dilatada ovación de pie.
La diva británica inició su despedida de la plaza limeña con “Time to say goodbye”, el mismo que grabó con el tenor italiano Andrea Bocelli y la hizo ampliamente conocida en Perú, y que para muchos más que una canción es un himno, un homenaje al ser querido que partió y que quizá nunca volverá.
Las vibrantes interpretaciones de “Deliver me” y “A question of honour” marcaron el cierre de la espléndida velada que se prologó durante dos horas. Al final de la noche, la algarabía del público fue expresada en una inacabable ovación.
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